lunes, 13 de enero de 2020

El Proyecto institucional-artístico del Coro Nacional de Cámara

Fundamentos

Pablo A. Banchi
Licenciado en Dirección Coral y Orquestal (UCA)


I.- Descripción

El Coro Nacional de Cámara (Co.Na.Cam) se proyecta como un organismo artístico coral mixto de 52 integrantes, con la formación tradicional de soprano, contralto, tenor y bajo. Este organismo, dependiente del Ministerio de Cultura de la Nación, estará dedicado a preservar y difundir el Patrimonio Coral Argentino y Latinoamericano y a interpretar el Repertorio Coral Camarístico Universal, con especial dedicación a la interpretación a cappella(1).
(1 Nos referimos aquí a la ejecución sin acompañamiento instrumental.)

Quedará bajo la competencia de su programación, la ejecución de obras concebidas originalmente para agrupaciones corales   de carácter académico y los arreglos corales o adaptaciones provenientes del cancionero popular.


II.- Objetivos generales y específicos

Objetivos generales
- Difundir y valorizar la obra coral de nuestro Patrimonio Argentino, académico y popular.
- Acercar el repertorio coral universal a todos los ámbitos sociales y diversidad de públicos con el propósito de acrecentar la cultura general y el acceso universal a la cultura.
- Federalizar nuestra actividad coral a través de giras de conciertos y presentaciones en diversos ámbitos geográficos de nuestro país, en vinculación con organismos
artísticos de las provincias y/o municipios.
- Impulsar proyectos artísticos que convoquen a la sinergia con otros organismos artísticos dependientes del Ministerio de Cultura.
- Optimizar y aprovechar los espacios públicos y salas de concierto.


Objetivos específicos
- Proveer al Ministerio de Cultura de la Nación un organismo coral profesional dedicado a preservar el patrimonio nacional y universal, del repertorio coral de cámara a cappella.
- Crear un espacio permanente de ensayos y conciertos,  destinado a divulgar el repertorio argentino de música coral de cámara a cappella y/o con acompañamiento de conjunto instrumental de cámara.
- Convocar a nuestros compositores y arregladores con el propósito de estimular su producción y difundir sus obras, aportando un instrumento idóneo y especializado.
- Acercar a una gran diversidad de públicos el repertorio argentino y universal de música de cámara a cappella de todos los tiempos, sacro y profano, académico y popular.
- Realizar giras artísticas por todo el país, que permitan hacer extensivas las propuestas culturales ministeriales a todas las provincias.
- Incrementar la productividad artística con una renovación permanente del repertorio.
- Establecer una sinergia de labor cooperativo con otros organismos artísticos dependientes del estado Nacional, Provinciales y Municipales.


III.- Marco conceptual. Fundamentos

A.- Fisonomía actual del coro de cámara a cappella.

En el siglo XIX, el coro a cappella adquiere su fisonomía actual. Comienza a ser mixto y las necesidades del nuevo repertorio, establecen el orgánico en un número aproximado de 50 integrantes. Modelo establecido conforme al tipo de coro que dirigían Félix Mendelssohn y Johannes Brahms.

Al   iniciarse   el   concierto   público,  se amplía el concepto de música de cámara especialmente en la actividad coral. Ya no era un grupo reducido de cantantes e instrumentistas que representaban su música en los recintos de la nobleza (cámara o habitación), ahora el coro debía llenar con su sonido la sala de concierto.

El coro de cámara crece numéricamente por las exigencias de los repertorios del siglo XIX hasta nuestros días. Surge un nuevo concepto de densidad sonora, se amplían las exigencias de la extensión vocal, se complejiza la escritura llevándola incluso al virtuosismo, se multiplican los “divisi” incluso en todas las cuerdas, en los dobles coro el peso sonoro necesario no admite una densidad menor a 50 cantantes.

Así como el coro de cámara incrementó su número, el coro del repertorio sinfónico y operístico creció significativamente en la demanda de integrantes y potencial dramático llegando a números y orgánicos colosales. Algunos ejemplos representativos son: la Sinfonía nº. 8 de Gustav Mahler (Rep. Checa 1860-1911) para coro, orquesta y solistas, conocida como la ¨Sinfonía de los mil¨; la Grande Messe des Morts de Héctor Berlioz (Francia 1803-1869) y los melodramas de Richard Wagner (actualmente Alemania, 1813-1883).  El coro sinfónico equilibró su número en conformidad con el desarrollo del orgánico orquestal, que exigía cada vez mayor densidad sonora.

La tradición a cappella, como en la capilla literalmente, hace referencia a las restricciones en el uso de instrumentos musicales en las iglesias cristianas prerrenacentistas. No obstante, la tradición ha conservado el significado primigenio de esta expresión, diferenciando sustancialmente al coro a cappella del coro con acompañamiento instrumental. A partir de aquí, la música coral de cámara a cappella se diferencia sustancialmente de la música sinfónica coral y operística, quedando bajo su alcance interpretativo un nuevo repertorio especializado y compuesto para este nuevo orgánico.

Este es el instrumento que han heredado nuestros compositores argentinos, y los compositores de América latina y Europa. El coro de cámara a cappella se constituye así en el instrumento más ajustado y elocuente para continuar con la tarea de transmitir y acercar a todo el público nuestro Patrimonio Cultural Argentino, Latinoamericano y universal. Dicho legado cultural se ha constituido a través del tiempo en patrimonio de la humanidad y es nuestra misión preservarlo.


B.- Exigencias del repertorio y adecuación orgánica del coro

Las diferencias sustanciales del coro a cappella respecto del coro sinfónico y operístico radican en dos aspectos fundamentales:



B.1.- El perfil vocal y el ideal sonoro

Del mismo modo que los instrumentos tienen un límite de tesitura, extensión e intensidad, las voces no tienen posibilidades absolutas y su uso debe adecuarse a las necesidades expresivas de la obra. Así como un narrador o un orador adecua su potencial al recinto y al carácter de su contenido.

Hay voces cuya fisonomía es connatural y otras factibles de ser adecuadas a determinados   discursos musicales. Otras no, independientemente de los factores técnicos. Un Heldentenor(2) desplegará su potencialidad apropiadamente en una obra de Wagner y estará más condicionado frente a los requerimientos de la polifonía antigua.
(2 Es el equivalente, dentro del repertorio alemán, al tenor dramático, aunque con una cualidad más baritonal: el típico protagonista wagneriano).

Este en un factor fundamental para tener en consideración en las pruebas de admisión de los cantantes a un coro de cámara a cappella o a un coro de repertorio sinfónico coral u operístico.

El coro a cappella, nuclea voces que por su ductilidad, accesibilidad técnica o naturaleza pueden adecuar, como conducta habitual y sin dañarse, su sonoridad a determinadas exigencias del repertorio camarístico. De aquí surge el fundamento y la misma necesidad de reunir en torno a un determinado repertorio, al tipo de voces adecuado a ese ideal sonoro.

Apropiarse de este ideal sonoro, demanda un trabajo sostenido en el tiempo, dado que, como se dijo, no se trata simplemente de la cantidad numérica de integrantes del organismo, sino   del   trabajo   periódico   que   posibilita   la   adecuación   absoluta   del instrumento - coro, al repertorio que se debe abordar.

Aquí radica el argumento sustancial que diferencia al Coro Polifónico Nacional del Coro Nacional de Cámara, elencos que deben adecuar sus perfiles vocales e ideales sonoros al repertorio que les compete.


B.2.- Las exigencias del repertorio y las disposiciones estructurales del cantante.

El coro de jóvenes debe reunir a cantantes hasta los 25 o 26 años, edad en la que probablemente el joven haya concluido su formación curricular y comience a transitar en el ámbito profesional y el mundo del trabajo.

Deben considerarse algunos factores relevantes para la conformación del repertorio factible de ser abordado por un coro de jóvenes. Tratándose de integrantes que se encuentran en etapa de formación, las dificultades técnicas y musicales de las obras seleccionadas, se verán limitadas por coreutas que aún no han alcanzado su madurez profesional.

Es normal que, al menos en una parte del coro, las voces aún  no hayan  madurado fisiológicamente y la técnica vocal esté en vías de desarrollo. Además, el siglo XX trajo aparejado nuevas dificultades y desafíos al repertorio coral de cámara: La extensión de los registros vocales y el virtuosismo del solista trasladado al coro.

Exigir las dificultades del repertorio del coro de cámara a cappella a un coro de formación no solo es inapropiado, sino irresponsable, puesto que el repertorio debe adecuarse a las posibilidades de sus integrantes y por ello no será conveniente abordar obras que comprometan la salud vocal de sus integrantes o excedan cualitativamente al elenco por estar en etapa de formación.   Necesariamente habrá que resignar y desplazar obras fundamentales del repertorio coral por resultar inaccesibles desde el punto de vista del cuidado foniátrico, técnico y falta de experiencia profesional.

Argumentamos con lo aquí expuesto, que un coro de jóvenes a cappella no podrá cumplimentar con los objetivos del coro de cámara a cappella, limitando sus objetivos artísticos.


B.3.- El número de integrantes.

Hemos afirmado al inicio que, el coro de cámara a cappella adquiere su fisonomía actual a partir del siglo XIX y que, convalidando este modelo, los compositores han creado sus obras para ser interpretadas con las particularidades de este instrumento.

Los factores que determinan la cantidad adecuada para abordar el repertorio son:
Las obras con “divisi”(3), las obras doble coro(4) y policorales(5).
(3 Dividir una, varias  o todas las cuerdas del coro. Ej. Soprano 1, Soprano 2, etc. Ej. Lamentaciones de Jeremías Propheta de Alberto Ginastera).
(4 Dividir al coro en dos secciones. Coro 1 y coro 2, cada uno integrado por las cuatro cuerdas).
(5 Obras en las que el coro puede dividirse en tres o más secciones. Ej. De profundis de Penderecki. Tres coros a 4 voces cada uno).

Responder a las exigencias sonoras de intensidad (volumen) y densidad (peso sonoro) que exige el repertorio(6).
(6 F. Poulenc, pide en algunos de sus motetes y chanson intensidad ffff y divisiones en la cuerda que suponen que la misma está integrada al menos por 10 o 12 cantantes. Ej. “La blanche neige”).

Al estar el coro conformado por 52 cantantes, se podrá abordar todo el repertorio comprendido en el ámbito camarístico, pudiendo dividir sus cuerdas o al mismo coro en subgrupos.

Esta posibilidad escapa a los coros de cámara vocacionales, cuyo número difícilmente supera los 30 integrantes, desterrando un porcentaje importantísimo de obras y compositores de todos los tiempos, porque las formaciones habituales de los coros vocacionales de nuestro país no lo pueden abordar.

Con esta modalidad, el coro, al dividirse en dos, podrá contar con 6 o 7 integrantes(7) en cada una de sus cuerdas sosteniendo la densidad e intensidad requeridas, sin que el exceso de volumen intente suplir la falta de número y densidad malogrando la calidad sonora y el producto artístico.
(7 En una obra doble coro, esto significa 6 o 7 sopranos en el coro I y 6 o 7 sopranos en el coro II. Lo mismo sucederá en las otras tres cuerdas. Sumando cada uno de los coros entre 25 y 28 integrantes).

Argumentamos aquí que, 52 cantantes es la cantidad adecuada para cumplir con las demandas de repertorio, ampliando las posibilidades de abarcar un número de obras sustantivamente mayor.

Cabe señalar que el mismo Coro Polifónico Nacional, necesita frecuentemente convocar a cantantes de refuerzo para poder abordar algunas obras, dado que la nómina de integrantes con la que cuenta el organismo resulta insuficiente para equilibrar su sonido con determinados orgánicos orquestales.


B.4.- Un coro profesional adecuado a los paradigmas vigentes.

El revisionismo histórico, es un factor insoslayable que deberá ponderarse y tener en cuenta al referirnos a una actividad artística profesional de jerarquía.

Hace varias décadas que, en todos los ámbitos del arte y de otros saberes se ha redimensionado el valor de la obra en su contexto y con los criterios interpretativos “agiornados” a la época. Una suerte de revalorización arqueológica ha impregnado a la cultura y al arte.

Constatamos que, en el mundo, hasta las mismas empresas discográficas han impuesto en el mercado la modalidad de la grabación con instrumentos réplicas de época, en los ámbitos donde fue gestada la obra, y el estudio y toma de decisiones interpretativas a partir de documentos originales de los compositores. Esto ha generado una valorización y nueva exigencia que impuso una nueva modalidad: grabar la obra de Bach con un clave de época y en el temperamento y pitch adecuado. Las grabaciones del clave bien temperado en un piano Steinway de gran cola, quedan atrapadas en praxis anacrónicas de una persistente modalidad postromántica.

Esta modalidad, se instaló en las salas de concierto de todo el mundo. Por ello, interpretar los motetes de Bach, los ciclos de Lieder de Mendelssohn, Las Indianas de Guastavino o la chacarera de las piedras de Atahualpa Yupanqui, solo por ilustrar con algún ejemplo, exige un instrumento cuya sonoridad no desvirtúe la obra apartándola de su contexto sonoro, musicológico e histórico. Requiere de un instrumento ajustado a los estándares de competitividad y profesionalismo establecidos en los paradigmas vigentes. Este es el paradigma adecuado para el coro de cámara a cappella.

Actuar en representación del Ministerio de Cultura del país, fuera de los paradigmas y calidades   exigidas, no solo desacredita las más altas aspiraciones de profesionalismo y excelencia de los elencos, sino que devela una suerte de ignorancia culposa que redunda en una mala prensa.


C.- El repertorio específico del coro de cámara. 

C.1.- El repertorio Argentino

Con el propósito de preservar nuestro patrimonio cultural y divulgar la obra de nuestros compositores, el Coro Nacional de Cámara dedicará una parte significativa de su programación a concretar estos objetivos. Para ello, deberá elaborar programas de concierto que incluyan el repertorio académico y popular de nuestro país.

Ciertamente, nuestra historia de la música coral, ha nutrido nuestro patrimonio cultural con un extenso repertorio forjado a lo largo de todo el siglo XX hasta nuestros días. Son innumerables las obras que han dado a luz nuestros compositores.

Es necesario destacar que este repertorio no queda limitado a la modalidad de la música académica exclusivamente.  Desde hace décadas un potentísimo fenómeno ha hecho irrupción en la música coral de nuestro país. Una nueva faceta compositiva, el arreglo coral de música popular, ha puesto en valor a nuestra música folclórica y autóctona en todos sus géneros, aportando a nuestro repertorio coral de cámara a cappella un ilimitado número de obras.

Tratándose la música de un arte temporal, porque solo vive cuando se la interpreta, nos percatamos que sin un compromiso real por la ejecución de las obras, estás y sus compositores están destinados al olvido y a la muerte. Los Hombres que enaltecieron nuestro arte musical, los próceres de nuestra música, los compositores de ayer, de hoy y de siempre permanecerán encriptados.

Es responsabilidad y competencia de quienes velan por la cultura, mantener vivo y atesorar   nuestro   patrimonio   cultural, artístico, musical, académico y popular e implementar los medios adecuados para alcanzar tan noble fin. Este es uno de los propósitos altruistas del Coro Nacional de Cámara.


C.2.- El repertorio Latinoamericano y universal

“Patrimonio de la humanidad” es una expresión que en las últimas décadas ha alcanzado una particular significación y su contenido puso de manifiesto una necesidad y urgencia. Esta urgencia está fundada en un criterio de realidad claramente constatable: Lo que no se cuida, se destruye; lo que no se preserva, muere.

Quiso la humanidad que el valor material, simbólico y espiritual de un “ente” natural o artificial, traspase las fronteras del tiempo, para testimoniar a todos los hombres la magnitud de la naturaleza y la prodigiosa obra de quienes nos han precedido. Al representar en el concierto la música Latinoamericana y universal, contribuimos a mantener vivo este patrimonio.

Sócrates, Rembrandt, Bach, Mendelssohn, Goethe, Neruda, Parra, Mistral, Borges, Villalobos, Ginastera, Yupanqui, son Hombres de otros tiempos. Al actualizar su obra, ponemos de manifiesto su valiosidad y contribuimos con este traspaso generacional, que nunca podrá detenerse para que el hombre, siendo fiel a sus potencias superiores, continúe humanizándose a través del arte y la cultura.

Por ello, el Coro Nacional de Cámara deberá contribuir con este traspaso generacional que
permita difundir este “Patrimonio musical de la humanidad”.


D.-   Diferencias   específicas  con  los  otros  organismos   artísticos   dependientes   del
Ministerio de Cultura de la Nación

D.1.- Descripciones y constataciones

Por todo lo aquí presentado, constatamos que:

El repertorio que deberá abordar el Coro Nacional de Cámara, no puede ser abordado por el Coro Polifónico Nacional por las características particulares y distintivas de éste organismo, que son las adecuadas al repertorio sinfónico coral.

Tampoco sería adecuado exigir la calidad esperada para un coro de cámara profesional, a un coro integrado por jóvenes en etapa de formación, desconociendo los factores estructurales de esa etapa de transición que afectan a: las posibilidades de los registros vocales, la incorporación de una técnica vocal aún no consolidada, las dificultades técnicas de las obras y la poca experiencia, restringiendo por ello las posibilidades del repertorio.


D.2.- Respuestas del Ministerio de Cultura a las nuevas necesidades

Debido a las particularidades de los repertorios y la necesidad de ajustar el elenco a esas exigencias, el Ministerio de Cultura tomando conciencia y respondiendo a dichas necesidades, ha creado los diversos organismos, cada uno con sus objetivos y especificidades.  En  virtud  de  ello,  desde  mediados  del  siglo  pasado,  comenzaron  a gestarse nuestros organismos artísticos nacionales.

En las últimas décadas del siglo XX, todas las áreas del saber científico y humanístico, incluyendo a las artes, se han ramificado en diversas especializaciones y determinado su objeto y competencias. El modelo de sabio y personalidad competente, dejo de ser el que tenía un manejo sumario y general de su profesión, sino el especialista. No tardó en llegar a todas las modalidades del arte esta necesidad y nueva exigencia, para poder responder con probidad y competencia a este nuevo paradigma.

La creación de nuestros organismos artísticos, resultó de una obvia necesidad de adecuación a los tiempos, a las necesidades y a las especializaciones, por ello se jerarquizaron y ampliaron las propuestas artísticas a través de: la Orquesta Sinfónica Nacional y la Orquesta Juan de Dios Filiberto, el Ballet Folclórico Nacional y el de Danza Contemporánea, el Coro Polifónico Nacional y ahora, el Coro Nacional de Cámara.


Concluyendo

Por todo lo argumentado y fundamentado, afirmamos que debe existir un organismo artístico especializado y calificado de acuerdo a los paradigmas mundiales vigentes, que asuma el repertorio coral de cámara a cappella, difundiendo y preservando nuestro Patrimonio Argentino y contribuyendo con el traspaso generacional del repertorio universal, que es “patrimonio de la humanidad”.

Fieles a su misión, quienes trabajan en la cultura, deben velar por la conservación de este patrimonio y difundir la obra imperecedera de quienes nos han precedido, encausando los recursos para cumplir con tan noble propósito.


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